Karina Milei consagra su liderazgo en la nueva mesa de poder del Gobierno
- Axel Juncos

- 16 nov
- 5 Min. de lectura
El ajustado triunfo en las elecciones legislativas no sólo permitió que Javier Milei salvara su agenda de reformas, sino que reconfiguró el tablero interno del oficialismo. Quien emerge como gran ganadora es su hermana, Karina Milei, secretaria general de la Presidencia y artífice de la estrategia electoral.

Tras los cambios en el Gabinete, la funcionaria ha consolidado una nueva mesa política en la que concentran poder ella, Patricia Bullrich, Martín Menem (con su primo Eduardo “Lule” como operador) y el flamante ministro del Interior Diego Santilli. En esa mesa ya no se sientan ni el jefe de Gabinete Manuel Adorni ni el asesor Santiago Caputo, los principales relegados de la renovación. El cambio evidencia el desplazamiento del “triángulo de hierro” original y la emergencia de un nuevo poder.
Un Gabinete reordenado con sello karinista
La primera muestra del ascenso de Karina fue la designación de Manuel Adorni al frente de la Jefatura de Gabinete. Según fuentes de la Casa Rosada citadas por La Política Online, su tarea no será tomar decisiones sino servir como extensión de Karina para controlar a los ministros. Ella también impulsó el nombramiento de Diego Santilli en Interior, lo que desactivó el plan de crear un “superministerio” que hubiera empoderado a Caputo, y reforzó la incorporación del PRO a la estructura de poder.
La nueva mesa política que se presentó a comienzos de noviembre “no incluyó entre sus integrantes a Manuel Adorni” y está integrada por Karina Milei, Patricia Bullrich, Martín Menem y Diego Santilli. Este grupo se atribuyó el dictamen favorable del Presupuesto que los libertarios aprobaron en Diputados, señalado como el primer triunfo de la mesa política del Presidente. Caputo, uno de los perdedores de la interna, ni siquiera asistió a ese encuentro. El sitio Medios Rioja remarca que el nuevo espacio representa una reconfiguración del poder libertario: un esquema más cerrado que combina gestión, disciplina interna y músculo legislativo, concentrando el control político en torno a Karina, Bullrich, Menem y Santilli.
Interior recortado, pero con misión negociadora
Santilli asumió el Ministerio del Interior en medio de una reorganización administrativa: Renaper y Migraciones pasaron al Ministerio de Seguridad y Turismo, Ambiente y Deportes fueron a la Jefatura de Gabinete. La cartera quedó “sin caja”, pero ganó la tarea crucial de construir mayorías legislativas; el diario Capital24 resume la situación como “menos sello y más teléfono rojo”. Mientras las áreas operativas se concentran en las manos de Patricia Bullrich y Manuel Adorni, el Interior se convierte en el puente político entre la Casa Rosada y las provincias. Santilli ya comenzó a recorrer gobernaciones y a tejer acuerdos con Ignacio Torres, Raúl Jalil, Marcelo Orrego y Martín Llaryora, y prepara una agenda federal con Rogelio Frigerio, Gustavo Sáenz y otros mandatarios.
Este rediseño reduce las facultades administrativas del ministro, pero amplía su influencia política. Capital24 subraya que “Interior será política pura, sin tanto fierro para repartir, pero con responsabilidad de que las leyes clave entren y salgan del Congreso con los votos contados”. La apuesta del oficialismo es que Bullrich controle la seguridad, Adorni la comunicación y Santilli el puente con el sistema.
Menemismo y PRO: socios claves del nuevo poder
El ascenso de Karina Milei también implica un mayor protagonismo de los primos Menem. Martín Menem, como presidente de la Cámara de Diputados, fue decisivo en la coordinación legislativa, y su primo Eduardo “Lule” se consolidó como operador político. Según Medios Rioja, los Menem habían impulsado la creación de una mesa de control presidida por Karina junto a Bullrich y Caputo, pero el asesor no aceptó y quedó desplazado. El peso de los Menem en el oficialismo se refleja en su capacidad para articular con el peronismo cordobés y riojano, con vistas a futuras alianzas.
El PRO también se reconfiguró. La presencia de Santilli en Interior y de Cristian Ritondo como jefe del bloque en Diputados, sumada a la influencia de Guillermo Montenegro, implica un pacto de supervivencia entre libertarios y macristas. Bullrich, por su parte, mantiene su rol de ministra de Seguridad y asumirá en diciembre la jefatura del bloque de La Libertad Avanza en el Senado. En la práctica, se ha convertido en una de las articuladoras más activas para reducir el fuego amigo y neutralizar la tensión interna. Su coordinación con Martín Menem busca ordenar a los nuevos legisladores y definir la estrategia oficialista rumbo a las sesiones legislativas.
Construcción partidaria y campaña 2027
Mientras reorganiza el poder en la Casa Rosada, Karina Milei divide sus jornadas entre la gestión y la construcción partidaria. Según fuentes consultadas por la prensa política, se dedica a visado de expedientes y a recorrer provincias para instalar a los armadores libertarios, con miras a la reelección de su hermano en 2027. El nuevo esquema le permite controlar el día a día de la administración y, al mismo tiempo, reclutar dirigentes locales bajo el paraguas de La Libertad Avanza.
Manuel Adorni, que quedó fuera de la mesa de decisiones, se aboca a la coordinación ministerial y a elaborar una hoja de ruta que permita al Presidente relanzar su gestión. Santilli, Bullrich y los Menem realizan reuniones semanales para monitorear los acuerdos provinciales y la agenda legislativa. En paralelo, Santiago Caputo, ahora relegado al rol de asesor comunicacional, trabaja en la estrategia mediática mientras espera la renovación de su contrato, que vence el 31 de diciembre. Fuentes libertarias señalan que su influencia se ha reducido y que será la hermana del Presidente quien defina su continuidad.
El equilibrio del Presidente
Javier Milei intenta equilibrar las fuerzas para evitar que las internas desgasten su capital político. Por eso lideró una reunión ampliada con Karina, Bullrich, Menem, Santilli y Caputo para sellar la nueva etapa. El jefe de Estado confía en que el acuerdo en materia de seguridad y cooperación con la administración de Donald Trump dé “viento de cola” para reafirmar el ensayo de este nuevo poder. Sin embargo, en los pasillos de Balcarce 50 admiten que “todo funciona y cada cual conoce su rol, pero habrá que ver cuánto dura”, como confesó a Noticias Argentinas un funcionario que pide anonimato.
En las últimas semanas han surgido resquebrajamientos en la dinámica interna. El recorte de poder de Caputo y la exclusión de Adorni de la mesa política generaron malestar, aunque la conducción de Karina intenta resolver los conflictos con rapidez. La nueva estructura enfrenta el desafío de conseguir votos en el Congreso sin romper el equilibrio interno. La apuesta es sostener la disciplina mientras se negocia con gobernadores y bloques opositores la aprobación de las reformas laboral, tributaria y penal que la Casa Rosada quiere aprobar en 2026.
Conclusión
Las modificaciones en el Gabinete no solo respondieron a la salida de Guillermo Francos y Lisandro Catalán, sino que evidenciaron un cambio profundo en la arquitectura de poder. Karina Milei reforzó su autoridad, designó a sus leales en puestos clave y construyó una mesa política más alineada con su visión. Diego Santilli asumió con menos áreas pero más poder negociador, mientras que Patricia Bullrich y los Menem aportan músculo legislativo. La relegación de Manuel Adorni y Santiago Caputo confirma que la hermana del Presidente es ahora la gran arquitecta del Gobierno.
El desafío para Milei es mantener cohesionada esta constelación de actores y traducir la victoria electoral en gobernabilidad. Con la mirada puesta en las reformas estructurales y en la campaña de 2027, el nuevo esquema se somete a prueba en un Congreso fragmentado. La suerte del proyecto libertario dependerá de la eficacia del triunvirato Karina Milei, Bullrich y Menem y de la capacidad de Santilli para sentar a los gobernadores a la mesa.






























