Alerta en trigo: fuerte incidencia de “roya amarilla”
- La Pampa

- 19 sept 2017
- 3 Min. de lectura
Desde hace aproximadamente 10 días, los ingenieros agrónomos venimos recibiendo consultas de parte de los productores alarmados por un amarilleo repentino de los trigos que recuerda a lo que puede ser un daño por heladas.

Sin embargo, ante un análisis minucioso del lote en cuestión, vemos que el problema es la “roya amarilla”. El agente causal es puccinia striiformis f. sp. tritici. Este es un hongo del tipo biótrofo que afecta por igual tanto al trigo pan como al trigo candeal e incluso al triticale. El signo típico de este patógeno es la presencia en las hojas de pústulas muy pequeñas, de color amarillo limón, dispuestas en el sentido de las nervaduras, dando un aspecto de distribución lineal. También puede llegar a verse de color naranja, confundiéndola en este caso con la “roya de la hoja” o “naranja del trigo”, pero no corresponde a ese patógeno en particular, sino como mencionamos a la “roya amarilla”. Como ocurre con otras enfermedades fúngicas, el área afectada posteriormente se necrosa. También se observan en las espigas, en glumas y aristas. De las royas que afectan al trigo es la única que se propaga más allá del lugar del punto inicial de infección, por esto se la considera de tipo sistémica. Pocas infecciones iniciales pueden conducir al secado de las hojas sin necesidad de infecciones posteriores. En las variedades de trigos consideradas resistentes a moderadamente resistentes se observa una escasa longitud de la estría, clorosis y baja a nula formación de pústulas.
Como dijimos anteriormente, comparte muchas características con la roya de la hoja (puccinia triticina). Sin embargo, se diferencia de esta porque requiere temperaturas más bajas para producir infección, la temperatura óptima es de 9-13ºC. El período de mojado de hoja o rocío, necesario para el proceso de infección, no debe ser menor a las 6 horas. Es una enfermedad policíclica, es decir que puede hacer varias veces su ciclo reproductivo durante el desarrollo del cereal, con una duración de aproximadamente 10 días, dependiendo de las variables ambientales; las cuales pueden retrasarlo si no son del todo favorables para el desarrollo del patógeno. Es una enfermedad de aparición esporádica y suele presentarse en la región triguera sur (subregiones VS y IV), sobre cultivares altamente susceptibles, cuando las temperaturas durante la primavera son más bajas de las normales para el área y las condiciones de humedad son las adecuadas. Las pérdidas ocasionadas en cultivares altamente susceptibles pueden llegar a ser de la misma magnitud o mayores a las de la roya de la hoja o del tallo. Cuando se deja avanzar, la enfermedad produce daños severos sobre el área foliar porque el cultivo queda con menos hojas y, consecuentemente, se reducen las espigas y la cantidad y calidad de los granos. Se estima que en lotes no controlados adecuadamente las pérdidas pueden oscilar entre el 40% y el 55%. Según algunos sondeos, aproximadamente el 70% del área triguera está plantado con variedades susceptibles a este hongo. Además, en esta campaña no solo se lo detectó antes, sino con un mayor nivel de infestación, de ahí el alerta.
Para finalizar, diremos que conviene monitorear de cerca los cultivos de trigo. Si el mismo no está intensamente afectado, quizás convenga esperar y analizar cómo sigue la temperatura ambiente, pues, si la misma aumenta es probable que pase la infección. Muy por el contrario si hay fuerte incidencia (presencia) y severidad (grado de infección) del patógeno en el cultivo, a punto tal que comprometa el futuro del mismo, pues entonces quizás convenga la aplicación de una herramienta química (fungicida). Pero para ello hace falta la consulta a un ingeniero agrónomo que previamente recorra el lote, como así también tener claro que aún aplicando un fungicida, el lote solo estará protegido por un período no mayor a 15 días. Luego de dicho lapso es altamente probable que haya que hacer otra aplicación para defender la hoja bandera, la cual explica más del 70% del llenado del grano de trigo y por ello debemos conservarla a toda costa.
Mariano Fava : Ingeniero agrónomo (MP: 607 CIALP) - Posgrado en Agronegocios y Alimentos - @MARIANOFAVALP para El Diario






























