La UCR rompe con el PRO y reedita una vieja alianza: apuesta a Manuel Gallego y se une al Partido del Frente
- La Pampa

- 5 ago
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En un escenario de fragmentación y tensiones internas, la Unión Cívica Radical (UCR) de La Pampa definió finalmente su estrategia electoral para las elecciones legislativas del próximo 26 de octubre. La conducción partidaria resolvió romper su histórica sociedad con el PRO y formar una nueva alianza con el Partido del Frente, presidido por Claudia Giorgis. A su vez, propone como principal candidato a un dirigente prácticamente desconocido para la ciudadanía: el uriburense Manuel Gallego.

La decisión fue tomada este lunes por la noche en un encuentro de la mesa del Comité Provincia, en el que participaron referentes como el exintendente Francisco Torroba. Fue este último quien puso sobre la mesa el nombre de Gallego, un militante del interior vinculado al sector agroganadero y alineado con su línea interna. Si bien la candidatura no está completamente cerrada, se pasó a un cuarto intermedio hasta este martes para consultar la postura de los intendentes radicales. Lo cierto es que, ante la negativa de figuras de peso del partido a competir, las opciones se han vuelto escasas.
Una alianza forzada
La nueva coalición se sella al filo del plazo legal para la presentación de frentes electorales. A falta de otros aliados, la UCR acudió al Partido del Frente, una fuerza que tuvo peso en los años ’90 y principios del 2000, pero que hoy cuenta apenas con Claudia Giorgis y unos pocos referentes sin representación legislativa. La alianza reedita, en parte, la lógica del viejo Frepam, coalición que supo integrar ambos espacios hasta diciembre de 2023 en el Concejo Deliberante de Santa Rosa.
Sin embargo, la movida generó críticas incluso dentro del propio radicalismo. El histórico dirigente Pedro Salas calificó la alianza como “un armado ficticio” destinado a “salvar la negligencia” en el proceso de selección de candidatos. También remarcó que el FreGen –nombre del espacio histórico que reunía a radicales y aliados– “carece de personería política” y por lo tanto no podría constituir formalmente un frente electoral.

Manuel Gallego
Fuga de nombres y fractura con el PRO
El radicalismo pampeano llegó a esta instancia tras una seguidilla de rechazos por parte de sus principales figuras. Martín Berhongaray, uno de los dirigentes con mayor proyección, desistió de ser candidato a diputado porque tiene como objetivo competir por la gobernación en 2027. También se bajaron otros referentes como Francisco Torroba, Hipólito Altolaguirre, Abel Sabarots y Marcela Coli. Esta última expresó su negativa públicamente: “No voy a aceptar condicionamientos a una forma de actuar que no condice con los principios que he tenido”, escribió en sus redes.
Hasta el exsenador Juan Carlos Marino fue mencionado como posible candidato, aunque él también apuntó a 2027 como su objetivo principal. La falta de consensos y nombres de peso llevó al partido a una situación crítica, que terminó por empujar al PRO a cortar relaciones con la UCR.
En paralelo, el PRO decidió sellar su alianza con La Libertad Avanza (LLA), espacio conducido en la provincia por Adrián Ravier, quien encabezará la lista. La boleta llevará el nombre y los colores libertarios –violeta, en este caso– y la segunda candidata será una mujer del PRO. Aunque reconocen que esto diluye la identidad del partido amarillo, consideran que LLA representa hoy una opción con mayor caudal electoral.
Un nuevo mapa político
Con estas definiciones, el escenario electoral pampeano se reconfigura con tres grandes bloques: el peronismo, que encabezará su propio frente; la coalición libertaria con el PRO bajo el paraguas de LLA; y el radicalismo, ahora aliado con un histórico pero desdibujado Partido del Frente. Mientras tanto, la UCR intenta recomponer su figura en medio de tensiones internas, escasez de liderazgos y un electorado cada vez más disperso.
La campaña que se avecina pondrá a prueba no solo la capacidad de los partidos para captar el voto ciudadano, sino también su fortaleza para sostener la identidad política frente a acuerdos forzados y rupturas que marcan el fin de una era en la oposición pampeana.






























