Productores patagónicos denuncian irregularidades en el ingreso de carne con hueso: apuntan al supermercadismo y al frigorífico Pampa Natural
- La Pampa

- 18 jul
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El reciente ingreso de carne con hueso desde el norte del río Colorado a la Patagonia sigue generando controversias. Esta vez, productores rurales de Neuquén y Río Negro denunciaron que supermercados de la región ya están ofreciendo asado pampeano en condiciones que no cumplen con la normativa sanitaria vigente, generando un nuevo capítulo de malestar y tensión en el sur del país.

La denuncia, difundida por el portal Bichos de Campo y respaldada por un informe técnico elaborado por el médico veterinario Alberto Tiberio, referente de la Fundación Barrera Patagónica, apunta contra el supermercado La Anónima, que estaría comercializando carne producida en el frigorífico Pampa Natural, ubicado en Speluzzi, La Pampa, y otra planta ubicada en Salto, ambas al norte de la barrera sanitaria.
Sin sellado ni empaque correcto: ¿se cumple la normativa del Senasa?
El foco de la crítica está puesto en el incumplimiento del artículo 3, incisos d y f, de la Resolución 460/2025 del Senasa, que establece de manera obligatoria un doble sistema de envasado —empaque primario y secundario, ambos rotulados— para permitir el ingreso de cortes con hueso a la Patagonia desde zonas con vacunación contra fiebre aftosa.
Según el relevamiento realizado esta semana por productores, en una sucursal de La Anónima se detectaron dos presentaciones de asado norteño:
Asado fresco: bandeja con film, sin termosellado ni envasado al vacío.
Asado congelado: solo envuelto en film, sin segunda cobertura, sin caja ni rótulos visibles que permitan trazar su origen.
Además, el informe destaca que no se garantiza la trazabilidad del producto, otro de los pilares exigidos por la normativa del Senasa para evitar el riesgo sanitario y asegurar el origen del producto.
Origen norteño y precios bajos: ¿a qué costo?
El etiquetado de los productos relevados indica que el asado proviene de los frigoríficos Pampa Natural (Speluzzi, La Pampa) y La Anónima (Salto, Buenos Aires). Se trata de carne proveniente de zonas libres de aftosa con vacunación, lo que implicaría el cumplimiento obligatorio de condiciones adicionales de empaque y documentación para su ingreso al sur.
La polémica se amplifica debido al factor económico: el asado norteño congelado se ofrece a $8.990 el kilo, mientras que el fresco se vende a $13.000, valores considerablemente inferiores al asado patagónico, que llegó a alcanzar los $18.000 por kilo. Esta brecha de precios alimenta el malestar de los productores locales, que denuncian una pérdida directa en la rentabilidad de su actividad.
Críticas duras desde el campo patagónico
Referentes del sector ganadero del sur no ocultaron su enojo. Javier Perrote, productor de Río Negro y uno de los principales opositores a la flexibilización de la barrera, advirtió que el daño es más profundo de lo que parece:
“El productor perdió valor en el kilo de ternero y el feedlotero en el del ganado gordo. Ya perdimos el mercado chileno, y por lo visto no superaremos auditorías. Japón seguro se cierra, e Israel también”.
Perrote también cuestionó el sentido de fondo de la medida:
“La pequeña porción de mercado que representa el asado provocó pérdidas significativas a un sector entero, solo para beneficiar a exportadores que ya vendían el resto de la carne. Lo único que bajó fue el precio del asado, y apenas”.
¿Una flexibilización con consecuencias?
La Resolución 460/2025 había sido presentada como un cambio técnico y controlado, que habilitaba únicamente el ingreso de asado, costilla y esternón, bajo condiciones estrictas de bioseguridad y trazabilidad. Sin embargo, los productores sostienen que el Estado nacional no garantiza el cumplimiento de sus propias normas, y que el ingreso desregulado de carne con hueso pone en riesgo el estatus sanitario patagónico, reconocido internacionalmente como libre de fiebre aftosa sin vacunación.
La denuncia contra La Anónima y los frigoríficos involucrados reaviva la tensión entre el norte y el sur del país. ¿Se trata de una oportunidad comercial o de una amenaza sanitaria mal gestionada? Para los productores patagónicos, no hay dudas: la apertura los está perjudicando y pone en juego el futuro del sistema ganadero regional.






























