A 80 años del Mástil a la Bandera en Winifreda: historia de un símbolo patrio que renació con la memoria colectiva
- Claudia Visbeek

- 11 jul
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Este 8 de julio se cumplieron 80 años de la inauguración del Mástil a la Bandera Nacional en la localidad pampeana de Winifreda, un monumento que fue en su momento el segundo de su tipo en todo el país. El hito fue recordado por la reconocida investigadora local Claudia Visbeek, quien compartió en sus redes una efeméride que revive una parte fundamental del patrimonio histórico de la comunidad.

El mástil se encontraba en la intersección de las calles 25 de Mayo y Belgrano, y fue inaugurado el 8 de julio de 1945 en un acto multitudinario, de gran envergadura para la época. La idea original surgió en 1941, cuando el entonces concejal Salomón Mirochnik presentó la iniciativa ante el Honorable Concejo Deliberante. Fue apoyado rápidamente por su par J. B. Smith, quien propuso la creación de una comisión Pro-Mástil para recaudar los fondos necesarios.
Una obra de compromiso y colaboración
En 1944, el técnico constructor Roberto R. Toscano, presente en Winifreda por otros trabajos edilicios, ofreció de forma totalmente gratuita el diseño y la dirección de la obra. Su propuesta fue aceptada con entusiasmo, y el Comisionado Municipal Julio V. Calderón se comprometió a aportar, desde el Estado local, los fondos restantes para completar el proyecto.
La obra se ejecutó con rapidez, y quedó plasmada en una fotografía que forma parte del archivo histórico del pueblo: una imagen imponente que muestra el mástil izando la bandera argentina con el pueblo reunido a sus pies. También se conservan fotografías del proceso de construcción, donde puede verse al propio Toscano junto a obreros, rodeado de la estructura en andamiaje.

El monumento perdido y su reconstrucción
Con el paso del tiempo, el monumento original fue demolido. Sin embargo, la historia no terminó allí. En el año 2008, Roberto Toscano regresó a Winifreda a sus 90 años y, conmovido por la desaparición del mástil, propuso su reconstrucción. Su deseo fue escuchado y, gracias al compromiso de la comunidad, se realizó una réplica a menor escala, que fue inaugurada en 2011 en el patio del Museo de la Comunidad.

Un legado que perdura
Este mástil no fue solo una estructura de cemento y metal. Fue, y sigue siendo, un símbolo de identidad, unión y compromiso cívico, nacido del trabajo conjunto entre ciudadanos, funcionarios, constructores y soñadores. La reconstrucción en 2011 no solo recuperó una pieza arquitectónica: recuperó un sentimiento colectivo que hace a la historia viva de Winifreda.
En palabras de Visbeek, ferviente rescatadora de estas historias locales, este aniversario nos invita a “mirar hacia atrás con orgullo y hacia adelante con responsabilidad”. En un rincón de La Pampa, una bandera vuelve a flamear gracias a la memoria activa de su gente.






























